Características
Extraído de las cintas maestras originales: el LP SuperVinyl de 180 g y 33 RPM de Mobile Fidelity, edición numerada, reproduce con un sonido que marca la referencia y presenta una transparencia asombrosa
La claridad que brinda la historia demuestra que el segundo gran quinteto de Miles Davis compite por el honor no oficial de ser el mejor grupo de jazz pequeño que haya grabado en cinta. Lanzado originalmente en 1967, Miles Smiles es en gran parte responsable de la hazaña, ya que comienza una serie de cinco álbumes innovadores, cronológicamente completados por Sorcerer, Nefertiti, Miles in the Sky y Filles de Kilimanjaro, guiados no por patrones de acordes sino por respuestas abiertas a melodías. La música nunca volvería a ser la misma. Tampoco lo hará Miles Smiles una vez que escuches esta edición que marcará la referencia.
Procedente de las cintas maestras originales y prensado en Fidelity Record Pressing en MoFi SuperVinyl, el LP SuperVinyl de 180 g y 33 RPM de Mobile Fidelity, de edición numerada, lleva el esfuerzo emblemático a un nuevo territorio sonoro. Davis y compañía tocan sobre fondos que sirven para iluminar cada detalle, textura y matiz. La separación realista y el aire abundante permiten que los instrumentos florezcan por completo, llevándote efectivamente al 30th Street Studio de Columbia para ver cómo transcurren las sesiones ante tus ojos. El perfil SuperVinyl de MoFi significa que el ruido de fondo es prácticamente inexistente, una ventaja que funciona en conjunto con la transparencia prístina de la fórmula, las superficies asombrosamente silenciosas y la excelente definición de groove para llevarte "allí".
Al igual que los otros títulos de Davis en la serie de reediciones de Mobile Fidelity, esta versión coleccionable pone un énfasis especial en la tonalidad y la conservación de las notas, que se arquean y decaen con un realismo asombroso. La brillantez de la producción original de Teo Macero surge de cada pasaje. Experimente este disco que marca estándares, con un brío, una energía y un espíritu que puede sentir. Los instrumentos de viento de Davis y Wayne Shorter crujen con electricidad. El bajo de Ron Carter alcanza una fluidez y dimensionalidad sin precedentes. La batería de Tony Williams hace pop, chapotea y se balancea con un fervor tremendo. Los 88 de Herbie Hancock bailan con una dinámica comunitaria.
A pesar de todos los avances que hizo el conjunto en sus álbumes posteriores, muchos entendidos del jazz y fanáticos de Davis creen que Miles Smiles, nominado al Grammy, sigue siendo el punto culminante de la etapa del grupo junto. La evidencia se encuentra en las emociones, la aventura y las curiosidades vinculadas a cada composición. Accesibles e impredecibles, las canciones reflejan una mentalidad en constante cambio, un humor inquieto y una voluntad triunfante; en cada esquina que la banda rodea, se abre una nueva oportunidad para integrarse e interactuar, anticiparse y responder, investigar espacios abiertos y establecer ritmos contagiosos, amplios y con paso firme.
Para Davis —y para el mundo de la música en general— la importancia de Miles Smiles no se puede exagerar. "La síntesis de la abstracción completa con una interpretación de blues más o menos sencilla fue lo que sostuvo [a Davis] durante la oscuridad de las bandas de los años 70 hasta el período posterior", escriben los expertos Richard Cook y Brian Morton. En este sentido, todos, desde DownBeat hasta Q y TIME, han considerado "Footprints" como una de las mejores composiciones del siglo XX.
Adondequiera que mires, abunda la genialidad en Miles Smiles. Desde el principio, "Orbits" gira con ritmos enérgicos y los solos desenfrenados de Davis. "Delores" también se cuece al vapor, manteniendo un encanto melodioso mientras habla con una arrogancia callejera. Basada en parte en las radiantes líneas de piano de Hancock, la balada "Circle" se mueve suavemente y expresa una elegancia romántica a través de su magnífico equilibrio lírico.
A lo largo de Miles Smiles, la banda simplemente lo tiene y lo hace todo. También está Williams mostrando un poder recién adquirido con su paso a baquetas más pesadas; Hancock, bajo la dirección de Davis, tocando acordes solo con su mano derecha para liberar la izquierda para ser creativo; Shorter haciendo malabarismos con los compases y llevando a la banda hacia adelante; y Davis... Bueno, una escucha atenta de esta versión de referencia y oirás su indescriptible genio y querrás intentar trazarlo tú mismo.
- Orbits
- Circle
- Footprints
- Dolores
- Freedom Jazz Dance
- Ginger Bread Boy